El lifting facial con hilos tensores, también conocido como “lifting japonés de hilos mágicos”, “lifting biológico” o “lifting facial sin cirugía”, es un tratamiento que poco a poco está aumentando su popularidad.
A medida que pasa el tiempo y envejecemos, nuestra piel va perdiendo firmeza, tersura y elasticidad, mientras se produce la pérdida de colágeno y grasa facial. Todo esto desemboca en la tan temida flacidez y en las indeseadas arrugas. Las áreas de la cara más afectadas suelen ser las mejillas, las cejas y otras zonas alrededor de los ojos, el cuello y la papada. El tratamiento con hilos tensores reabsorbibles es una muy buena opción para mejorar lo anteriormente mencionado, ya que es una técnica no invasiva, indolora y con resultados inmediatos, cuyo principal fin es el tensado cutáneo mediante la inserción de hilos en la dermis con una aguja guía. Normalmente se suele aplicar anestesia local en pomada o inyectable mediante finas agujas.
Hoy en día existe una nueva generación de hilos, conocidos como hilos coreanos, que están fabricados de polidioxanona PDO, un compuesto biológico totalmente compatible y reabsorbible por el cuerpo, que no produce alergias, es muy utilizado en intervenciones de corazón y en la realización de suturas.
Es importante dejar claro que este tratamiento no se trata de una alternativa al lifting quirúrgico tradicional, sino que se utiliza con intención de retrasar el paso por quirófano o complementar sus efectos.
Los efectos de los hilos tensores son instantáneos y se consigue reafirmar y fortalecer la piel de la zona tratada, otorgándole un aspecto muy natural y saludable. El resultado definitivo se obtiene cuando se forma el colágeno, entre los 180 y 200 días después de la aplicación del tratamiento.
El efecto suele durar, dependiendo de la tipología del paciente, hasta 18 meses, pero una de las ventajas de esta técnica es que pueden volverse a aplicar hilos para llevar a cabo retoques que logren mantener los efectos.